La Comunicación

A lo largo de la historia se ha comprobado que está en la naturaleza del ser humano la necesidad de comunicarse. Investigaciones han demostrado que la vida en sociedad sería imposible sin la comunicación. El ser humano, aceptando dicha realidad, se ha dedicado a estudiar profundamente este campo con el fin de mejorarlo y hacerlo más efectivo.

Gracias a la dedicación y al creciente campo de la tecnología de la información, hoy día tenemos un sinnúmero de instrumentos de la comunicación que han revolucionado el mundo. Un ejemplo perfecto de esto es el correo electrónico, con el cual podemos compartir información e ideas en cuestión de segundos a nivel internacional. Tanta ha sido la importancia y el auge que ha adquirido este nuevo medio que se ha convertido en una herramienta indispensable tanto para negocios como para nuestra vida personal; compartimos ideas, anécdotas y creencias con personas y culturas alrededor del mundo diariamente.

La teoría de la comunicación, como cualquier otra teoría, tiene una base que cuenta con varios elementos fundamentales para su funcionamiento. Muchos de ellos han sido evoluciones de los modelos que se han creado a través del tiempo. Modelos que, como todo en el mundo, se rigen por una ética y unas leyes (gramaticales, orales, etc.) que establecen la manera correcta y el proceso a seguir para transmitir un mensaje. Estas leyes o normas establecidas son de máxima importancia ya que crean unos estándares esenciales para que el proceso se complete y se pueda obtener el resultado deseado, en otras palabras, para que nos podamos entender.

¿Por qué es tan importante seguir estas normas? Como ya mencionamos, está en nuestra naturaleza comunicarnos. Día tras día usamos la comunicación aunque sea de la manera más sencilla y sutil. No importa si es para una simple conversación casual con algunos amigos o porque vivamos de ella como es el caso de los actores que, por medio de representaciones y expresiones comunicativas, asumen un rol y nos transmiten un mensaje. Si no existieran estas reglas y cada persona tuviera la libertad de crear las suyas propias sería casi imposible llevar nuestro mensaje al resto del mundo.